Cuando se trata de tronarse los dedos, hay dos tipos de personas: aquellos que lo hacen y aquellos que no lo hacen. Quienes lo hacen a menudo, probablemente hayan escuchado una gran cantidad de mitos y rumores sobre los peligros de esta práctica. Desde la artritis hasta una mayor probabilidad de fracturas, los mitos sobre lo que le sucede a tu cuerpo cuando truenas tus dedos son abundantes. En este artículo, exploraremos la verdad detrás de este hábito común y responderemos las preguntas más frecuentes que rodean a este tema.
¿Por qué tronamos nuestros dedos?
Antes de abordar las posibles consecuencias de tronarse los dedos, es importante entender por qué lo hacemos en primer lugar. Al tronarse los dedos, lo que realmente estás haciendo es crear una brecha de vacío dentro de la articulación. Al hacer esto, estás liberando gases, como el nitrógeno, que se acumulan dentro de los líquidos articulares de tus dedos. Cuando creas esa brecha de vacío, los gases se liberan y esto produce el sonido característico que escuchas.
¿Qué consecuencias tiene el tronarse los dedos?
Hay muchos mitos sobre los efectos negativos que tronarse los dedos puede tener en tu cuerpo. Uno de los mitos más comunes es que tronarse los dedos puede causar artritis. De hecho, este mito ha persistido durante siglos, pero no hay evidencia científica que respalde esta afirmación.
De hecho, un estudio realizado en 2011 y publicado en el Journal of the American Board of Family Medicine encontró que no había relación entre tronarse los dedos y el desarrollo de artritis. Los investigadores examinaron a 215 personas, de las cuales 135 tronaban los dedos. No encontraron diferencias significativas en la incidencia de artritis entre los que tronaban los dedos y los que no lo hacían.
Otro mito común es que tronarse los dedos puede causar daño articular o incluso fracturas. De nuevo, no hay evidencia científica que respalde esta afirmación. El sonido que se produce cuando tronamos los dedos es simplemente gas que se libera y no tiene nada que ver con la estructura ósea. En pocas palabras, tronarse los dedos no daña los huesos ni las articulaciones.
¿Es bueno o malo tronarse los dedos?
En general, tronarse los dedos no es ni bueno ni malo. No hay evidencia de que cause daño a las articulaciones, pero tampoco hay evidencia de que proporcione algún beneficio. Si bien la mayoría de las personas que truenan los dedos no experimentan ningún problema, algunas personas pueden sentir dolor o incomodidad después de hacerlo. Si tronarse los dedos te causa dolor, es probable que debas evitar hacerlo.
¿Cómo se llama la obsesión a tronarse los dedos?
La obsesión por tronarse los dedos se llama Cracomanía. Los que lo padecen sienten una compulsión incontrolable por tronarse los dedos, y esto puede afectar su vida diaria. Si sientes que tu necesidad de tronarte los dedos está fuera de control, es posible que desees hablar con un profesional de la salud mental.
Psicológicamente, ¿qué significa tronarse los dedos?
Para algunas personas, tronarse los dedos puede ser una forma de liberar la tensión o el estrés. Al igual que otras conductas repetitivas, como morderse las uñas o mover la pierna, tronarse los dedos puede ser un mecanismo de afrontamiento para algunas personas. Sin embargo, para otros, puede ser un hábito simplemente adquirido.
¿Qué significa tronarse los dedos a cada rato?
Tronarse los dedos a menudo no es necesariamente una señal de un problema subyacente. Para muchas personas, simplemente se ha convertido en un hábito adquirido que hacen sin pensarlo. Sin embargo, si tronarse los dedos a menudo te causa dolor o incomodidad, puede ser una señal de que hay un problema subyacente que necesita ser tratado.
¿Cómo dejar de tronarse los dedos?
Si deseas dejar de tronarte los dedos, hay algunas cosas que puedes intentar. En primer lugar, intenta ser consciente de cuándo lo haces y trata de detenerte antes de que suceda. También puedes intentar reemplazar el hábito con otro comportamiento, como apretar una pelota de estrés.
Si tienes dificultades para dejar de tronarte los dedos y esto te está causando dolor o incomodidad, es posible que desees hablar con un profesional de la salud mental. Un terapeuta puede ayudarte a identificar las causas subyacentes de tu comportamiento y trabajar contigo para desarrollar estrategias para controlarlo.